San Francisco hace ocho siglos en su Cántico del hermano Sol ya expresó con profunda admiración y agradecimiento a su Dios Creador, que él nos regaló un clima tan equilibrado y perfecto que sustenta a todas sus criaturas.
Nosotras los contemporáneos del siglo XXI casi hemos tardado hasta el último momento en medio de una crisis climática aguda (o mejor dicho catástrofe climática) producidas por nosotros mismos a reconocer, que cada ser humano de hoy día como también de las futuras generaciones tienen el derecho a un medio ambiente sin riesgo, limpio y saludable.
Así el día 08.10.2021 el consejo de los derechos humanos de la ONU aprobó con 43 votos de 47 (abstención de Rusia, India, China y Japón) una resolución que reconoce este derecho como derecho humano sin el cual difícilmente se puede disfrutar de otros derechos, como a la salud o incluso a la vida.
¿Qué consecuencias tiene esta resolución? En primer lugar significa, que todos “tenemos que proteger a las personas, a nuestro planeta, el aire que respiramos, el agua que bebemos y los alimentos que comemos … .Debemos desarrollar este impulso para ir más allá de la falsa distinción entre acciones de protección ambiental y defensa de los derechos humanos. Está claro que ambos objetivos no se pueden alcanzar de forma independiente».[1]
La profunda unidad entre cuidado del planeta y vida humana lo resaltó el Papa en su encíclica Laudato Si´: “Los cambios del clima originan migraciones de animales y vegetales que no siempre pueden adaptarse, y esto a su vez afecta los recursos productivos de los más pobres, quienes también se ven obligados a migrar con gran incertidumbre por el futuro de sus vidas y de sus hijos. Es trágico el aumento de los migrantes huyendo de la miseria empeorada por la degradación ambiental, que no son reconocidos como refugiados en las convenciones internacionales y llevan el peso de sus vidas abandonadas sin protección normativa alguna.”[2]
Así mismo en el reciente día de la alimentación mundial, el 16.10.2021, el director Ejecutivo del programa mundial de alimentación (WFP) David Beasley subrayó la grave conexión entre cambio del clima y hambre (nota: un 10% de la población mundial vive en extrema hambruna!). “El mundo no está preparado para un aumento sin precedentes del hambre que veremos si no invertimos en programas que ayuden a las comunidades vulnerables a adaptarse y hacerse resilientes a nuestro clima cambiante”
Ahora el “nuevo” derecho humano a un medio ambiente, limpio y saludable daría a millones de hombres la posibilidad de reclamar sus derechos. De hecho ya en los últimos tres años se duplicaron los casos judiciales relacionados con la crisis climática. [3]
Pero ante todo es una señal fuerte con vistas a la próxima conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP26), que tendrá lugar del 31 de octubre al 12 de noviembre de 2021 en Glasgow (Reino Unido).
Nosotr@s podemos ante esta conferencia tan significativa para la vida de millones de hombres y de nuestro planeta ya desde ahora tomar conciencia de esta conferencia y orar por un buen éxito con decisiones que ayuden a reducir el calentamiento global.
Como ayuda proponemos la siguiente oración tomada del video para la Celebración/ Oración del Lanzamiento del “ Camino de los Siete Años de Laudato Si´” (vea en la pag. Web):
Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento
y por el aire, y la nube y el cielo sereno, y todo tiempo.
Por tu palabra fueron hechos los cielos (Sal 33,6),
y en tu proyecto de amor nos diste el aire que nos rodea.
Perdónanos porque hemos perdido la gratuidad que nos lleva a amar y aceptar el viento, el sol o las nubes, aunque no se sometan a nuestro control.
Con la industrialización y el desarrollo no hemos sabido leer el libro de la naturaleza:
único e indivisible.
Alienta en nosotros el sentimiento de que nos necesitamos unos a otros,
de que el clima es un bien común, de todos y para todos,
que sólo se mantendrá en equilibrio si cambiamos nuestros estilos de vida,
de producción y de consumo.
Que no haya fronteras ni barreras políticas o sociales que nos permitan aislarnos,
y que no haya espacio para la globalización de la indiferencia.[4]
Hna. Justa Osma y Hna. Ursula Leuffen
Equipo Provincial de JPIC
[1] Michelle Bachelet, , Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, 08.10.21
[2] LS 25
[3] https://elpais.com/clima-y-medio-ambiente/2021-01-26/los-litigios-climaticos-se-disparan-y-ponen-en-el-punto-de-mira-a-empresas-y-gobiernos.html
[4] (Cf. Ls 6, 23, 52, 77, 87, 228, 229)